Los países deben fijar objetivos claros de descarbonización

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Entre esos objetivos, los países desarrollados han de fijar “un precio justo” a las reservas de carbono que se conservan en los bosques tropicales y las turberas. También piden a todas las naciones que adopten un enfoque de economía circular que lleva a la neutralidad de las emisiones de carbono en 2050. Los secretarios ejecutivos de las Comisiones Regionales de las Naciones Unidas piden en una declaración conjunta una mayor cooperación regional en el desarrollo de estrategias ecológicas y tecnológicas que permitan capturar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y garantizar su almacenamiento a largo plazo. Los máximos representantes de las cinco comisiones destacaron la necesidad de que los países protejan sus depósitos de carbono como los bosques, océanos y humedales y recordaron que la eliminación del dióxido de carbono, ya sea mediante la reforestación o por medio de la captura de las emisiones de CO2 de las centrales eléctricas para su almacenamiento subterráneo o reutilización, es básica para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “Todos los países deben establecer objetivos claros de descarbonización. Además, los gobiernos y los políticos deben estar capacitados para apoyar objetivos ambiciosos e inmediatos de eliminación de carbono”, destacaron. 

Objetivos para los países desarrollados 

Entre las metas para los países desarrollados destacaron la necesidad de fijar “un precio justo” a las reservas de carbono que se conservan en los bosques tropicales y las turberas, incluyendo la cuenca del Amazonas y del Congo, los ecosistemas de manglares y arrecifes de coral, y el océano. Igualmente, se les emplaza a apoyar los esfuerzos para aumentar la capacidad de esos depósitos que corren el riesgo de convertirse en fuentes de carbono con la creciente degradación de la tierra impulsada por el cambio climático. Para algunas industrias, como la del cemento, la de producción de acero y hierro o la del transporte lograr la descarbonización no es un objetivo fácil, por lo que las naciones deben establecer condiciones favorables para la inversión en la eliminación del dióxido de carbono y desarrollar los marcos legales, financieros y regulatorios necesarios en colaboración con las instituciones de infraestructura y bancarias. 

Adaptar sus infraestructuras a la economía circular 

Al mismo tiempo, destacaron que las actividades de eliminación de CO2 en los países en desarrollo, ya sean naturales o tecnológicas, también deberían incluirse en el contexto de los empeños para conseguir medios de vida sostenibles que puedan acelerar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para mantener el calentamiento global dentro de los 1,5 grados centígrados, las sociedades deben adoptar un enfoque de economía circular en relación con el carbono que sirva para poder lograr su neutralidad en 2050, y sobre las emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2060-2070. Además, advirtieron que el conocimiento de las repercusiones de la eliminación natural y tecnológica del dióxido de carbono respaldaría el llamamiento a una transformación radical de los modelos de producción y consumo. Aunque la eliminación del dióxido de carbono no está considerada universalmente como un enfoque viable para la mitigación del cambio climático, las Comisiones Regionales de la ONU pueden desempeñar un papel decisivo a la hora de convocar a las partes interesadas para abordar las carencias existentes en materia de conocimientos y gobernanza dentro de las especificidades regionales y nacionales. “Compartir las mejores prácticas entre las naciones con respecto a la eliminación del dióxido de carbono mejora la oportunidad de construir medios de vida sostenibles e inclusivos”, concluyeron. La declaración de las Comisiones Regionales de la ONU coincide con la celebración de un Diálogo de Alto Nivel sobre Energía que se celebra junto al debate general del 76º periodo de sesiones de la Asamblea General. El evento es la primera reunión mundial sobre energía organizada por la Asamblea General de la ONU desde 1981. 

Fuente: ONU